lunes, 1 de septiembre de 2008

México


Es una república federal integrada por 32 entidades federativas que ocupa la parte meridional de América del Norte. De acuerdo con la constitución mexicana vigente, el nombre oficial del país es Estados Unidos Mexicanos, y la sede de los poderes de la federación es la Ciudad de México, cuyo territorio ha sido designado como Distrito Federal.

Limita al norte con Estados Unidos; al este, con el golfo de México y el mar Caribe; al sureste, con Belice y Guatemala, y al oeste con el océano Pacífico. La superficie mexicana ocupa una extensión cercana a los 2 millones de km², que lo colocan en la decimocuarta posición entre los países del mundo ordenados por superficie. En este territorio habitan 106,7 millones de personas, por lo que se trata de la nación hispanohablante con mayor población. Por otra parte, el español convive en México con numerosas lenguas indígenas, reconocidas oficialmente como nacionales por el Estado mexicano.

Su capital es México, D. F., su presidente es Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Su moneda es el peso mexicano y su población total estimada es de 106.682.518 habitantes.

La historia de este territorio se remonta más de 30 mil años hacia el pasado, tiempo en el que se sucedieron en ese mismo espacio numerosos pueblos, que incluyen tanto a culturas mesoamericanas agrícolas como a los nómadas de Aridoamérica y los pueblos oasisamericanos. Tras la conquista española, México inició la lucha por su independencia política en 1810. Posteriormente, durante cerca de un siglo el país se vio envuelto en una serie de guerras internas e invasiones extranjeras que tuvieron repercusiones en todos los ámbitos de la vida de los mexicanos. Durante buena parte del siglo XX (principalmente la primera mitad) tuvo lugar un período de gran crecimiento económico en el marco de una política dominada por un solo partido político.

Por el volumen neto de su producto interno bruto (PIB), se considera a México la decimocuarta economía mundial —aunque en 2001 había sido la novena —. Sin embargo, la repartición de la riqueza es tan desigual que en el país coexisten municipios con índices de desarrollo humano similares a los de naciones como Alemania o Burundi. Durante una buena parte del siglo XX, la principal fuente de divisas extranjeras del país fue la venta de petróleo, aunque durante este siglo tuvo lugar un proceso de industrialización que permitió al país diversificar su economía. Las remesas de los trabajadores mexicanos en el exterior han venido creciendo año con año, hasta llegar a representar el 3% del PIB nacional y una de las principales fuentes de divisas extranjeras para el país, precisamente al lado de los ingresos por exportaciones petroleras y el turismo. Otra gran problemática social es el aumento de los índices de incidencia delictiva en el país, especialmente la relativa al narcotráfico.

Geografía física

Ubicado en el sur del subcontinente norteamericano, México comparte frontera por el norte con Estados Unidos y al sureste con Guatemala y Belice. Su superficie es de 1.964.375 km², con una superficie continental de 1.959.248 km² y una insular de 5.127 km². Esta extensión lo ubica en el decimocuarto lugar entre los países del mundo con mayor territorio. La longitud de sus costas continentales es de 11.122 km, por lo cual ocupa el segundo lugar en América, después de Canadá, repartidos en dos vertientes: al occidente, el océano Pacífico y el golfo de California; y al este, el golfo de México y el mar Caribe, que forman parte de la cuenca del océano Atlántico.

Repartidas en su mar territorial se hallan numerosas islas, entre las que destacan los archipiélagos de Revillagigedo (Socorro, Clarión, San Benedicto, Roca Partida), y las islas Marías, en el Pacífico; las de Guadalupe, Cedros, Ángel de la Guarda, Coronado, Rocas Alijos, Isla del Tiburón, Isla del Carmen, frente a la península de Baja California y la costa de Sonora; y las de Ciudad del Carmen, Cozumel, Mujeres, y el arrecife Alacranes, en la cuenca atlántica. En conjunto suman una superficie de 5.073 km².

Relieve

El relieve se caracteriza por ser muy accidentado y alojar múltiples volcanes.

El territorio es recorrido por las sierras Madre Oriental y Madre Occidental, que son una prolongación de las Montañas Rocosas.

La sierra Madre Occidental termina en Nayarit, en la confluencia con el Eje Neovolcánico. A partir de allí, paralela a la costa del Pacífico, corre la Sierra Madre del Sur.

El Eje Neovolcánico atraviesa el territorio del oeste al oriente, hasta unirse con la sierra Madre Oriental en el Escudo Mixteco o Zempoaltépetl (a 3.395 msnm de altitud). En el Eje Neovolcánico, de gran actividad volcánica como su nombre lo indica, se ubican los picos más altos de México: el Pico de Orizaba o Citlaltépetl (5.610 m), el Popocatépetl (5.462 m), el Iztaccíhuatl (5.286 m) y el volcán de Colima. En esta provincia geológica tuvo lugar el nacimiento del Paricutín, el volcán más joven del mundo.

Las prolongaciones al sureste de la sierra Madre Oriental son conocidas como Sierra Madre de Oaxaca o de Juárez, que concluye con la Sierra Madre del sur en el istmo de Tehuantepec. Al oriente de esta región se extienden la Mesa Central de Chiapas y la Sierra Madre de Chiapas, que tiene su punto culminante en el volcán Tacaná (4117 m).

Los accidentes geográficos más visibles del territorio mexicano son la península de Baja California, en el noroeste, y la península de Yucatán, al oriente. La primera es recorrida de norte a sur por una cadena montañosa que recibe los nombres de Sierra de Baja California, de Sierra de San Francisco o de la Giganta. Su punto más alto es el volcán de las Tres Vírgenes. La península de Yucatán, por el contrario, es una plataforma de piedra caliza casi completamente llana.

Ubicada entre las sierras Madre Oriental y Occidental, y el Eje Neovolcánico, está la Altiplanicie Mexicana, que a su vez es dividida en dos partes por pequeñas serranías como la de Zacatecas y las de San Luís. La parte norte es más árida y más baja que la sureña. En ella se localizan el desierto de Chihuahua y el semidesierto de Zacatecas. Al sur de las serranías transversales se encuentra la fértil región del Bajío y numerosos valles de tierra fría o templada, como la Meseta Tarasca, los valles de Toluca, México, y el Poblano-Tlaxcalteca. En esta mitad sur del altiplano se concentra la mayor parte de la población mexicana.

Entre el Eje Neovolcánico y la Sierra Madre del Sur se localiza la Depresión del Balsas y la Tierra Caliente de Michoacán, Jalisco y Guerrero. Al oriente, atravesando la intrincada Sierra Mixteca, se encuentran los Valles Centrales de Oaxaca, rodeados por montañas abruptas que complican el acceso y las comunicaciones.

Hidrografía

Los ríos de México se agrupan en tres vertientes. La vertiente del Pacífico, la del Golfo y la vertiente interior. El más largo de los ríos mexicanos es el Bravo, de la vertiente del Golfo. Éste tiene una longitud de 3.034 km, y sirve como límite con Estados Unidos. Otros ríos en esta vertiente son el Usumacinta, que sirve como límite con Guatemala; el río Grijalva, quizá el más caudaloso del país; y el río Pánuco, a cuya cuenca pertenece el Valle de México.

En el Pacífico desembocan los ríos Lerma y Balsas, de vital importancia para las ciudades de las tierras altas de México; los ríos Sonora, Fuerte, Mayo y Yaqui, que sostienen la próspera agricultura del noroeste del país, y el río Colorado, compartido con Estados Unidos. Los ríos interiores, es decir, aquellos que no desembocan en el mar, suelen ser cortos y con caudal escaso. Destacan el río Casas Grandes en Chihuahua, y el Nazas, en Durango. La mayor parte de los ríos de México tienen poco caudal, y casi ninguno de ellos es navegable.

México alberga numerosos lagos y lagunas en su territorio, pero de tamaño modesto. El

más importante cuerpo interior de agua es el lago de Chapala, en el estado de Jalisco, y que a causa de la sobreexplotación está en riesgo de desaparecer. Otros lagos importantes son el lago de Pátzcuaro, el Zirahuén y el Cuitzeo, todos ellos en Michoacán. Además, la construcción de presas ha propiciado la formación de lagos artificiales, como el de las Mil Islas, en Oaxaca.

Historia económica

Durante la época colonial y el siglo XIX, México fue un país dedicado a la agricultura. La mayor parte de sus ingresos por ventas extranjeras provenían de la explotación minera, especialmente, de la plata. De este mineral, México ha ocupado el primer lugar mundial en producción desde hace más de dos siglos.

El proceso de industrialización de México durante la Colonia y el primer siglo de vida independiente fue sumamente lento. Entre los siglos XVI y XVIII, las leyes coloniales impedían el desarrollo de las manufacturas en la Nueva España como en el resto del Imperio Español. Éstas debían importarse de la metrópoli, que a su vez las adquiría mayormente de las naciones industrializadas del norte de Europa. Todo el siglo XIX hubo intentos por dotar de una planta industrial al país. Los gobiernos intentaron atraer empresarios extranjeros, sin mucho éxito. Durante la década de 1830, Lucas Alamán estableció el Banco del Avío, destinado al fomento industrial. Sin embargo, todas estas tentativas rindieron escasos frutos.

A finales del siglo XIX, en el porfiriato, la industria textil era la más desarrollada. Se había establecido en el valle de Puebla, en la región de Orizaba y el valle de México. El gobierno de Porfirio Díaz dio grandes privilegios al capital extranjero con la intención de atraer inversión directa en la construcción de infraestructura de comunicaciones y transporte, y en el crecimiento de la planta industrial. Sin embargo, los beneficios eran para unos pocos extranjeros, mientras la mayoría de los mexicanos vivían en condiciones de miseria y explotación.

En ese período de más de treinta años, entre 1876 y 1910, la red ferroviaria creció asombrosamente, alcanzando los 20.000 km de vías. Por otro lado, se construyó la primera hidroeléctrica de la nación (en Necaxa, Puebla) y se dio inicio a la explotación de los yacimientos petrolíferos, que colocaron a México en el primer lugar mundial de exportación de petróleo en la década de 1910. Cabe mencionar que los ricos campos petrolíferos de Faja de Oro y Cerro Azul, localizados en el norte de Veracruz, fueron brutalmente agotados por la Standard Oil Company, Royal Dutch Shell y sus subsidiarias mexicanas, con un magro beneficio para el erario mexicano.

Tras el triunfo de la Revolución, dio inicio en México un segundo período de expansión industrial, favorecido, entre otras cosas, por la nacionalización del petróleo y la Segunda Guerra Mundial. En las décadas que siguieron a la conclusión de ese conflicto internacional, la economía mexicana tenía un carácter mixto, es decir, la inversión provenía tanto de la iniciativa privada como del Estado. Los sectores estratégicos fueron convertidos en industrias paraestatales, tal fue el caso de la explotación minera, la siderurgia, la producción de electricidad, la infraestructura carretera. Con la intención de favorecer la transferencia tecnológica, el gobierno permitió que

muchas firmas internacionales establecieran filiales en el país, aunque siempre asociadas al capital nacional. La agricultura, por otro lado, era fuertemente subsidiada por el Estado, que se convirtió en el principal intermediario de los productos agropecuarios. Durante el período comprendido entre 1940 y 1970, la economía de México creció a un ritmo de 6,27% anual, en lo que se dio en llamar el Milagro mexicano.

Sin embargo, el proteccionismo y el cierre del mercado mexicano; así como fiebre de endeudamiento de la década de 1970 que concluyó con la crisis de la deuda de los años ochenta, dieron fin al período de crecimiento de la economía mexicana. En 1983, el país estaba en la bancarrota, y era incapaz de pagar sus deudas internacionales. Algo similar estaba ocurriendo en el resto de América Latina. Para salir del trance, el gobierno cambió sus políticas y dio inicio el período que en México se conoce como de los tecnócratas, que continúa hasta el año 2006. Este período ha estado marcado por la austeridad en el gasto social, el impulso que se ha dado a la privatización de las grandes empresas paraestatales (de las que a la fecha sólo se conservan dos: Pémex y la Comisión Federal de Electricidad), y un crecimiento económico dependiente de las exportaciones de manufacturas (básicamente, hacia Estados Unidos).

Exportaciones a

Importaciones de

País

Porcentaje

País

Porcentaje

Estados Unidos

88,4 %

Estados Unidos

68,4 %

Canadá

2,0 %

Japón

4,7 %

Alemania

0,9 %

Alemania

3,6 %

España

0,8 %

Canadá

2,5 %

Antillas Neerlandesas

0,6 %

China

2,2 %

Japón

0,4 %

Corea del Sur

2,1 %

Reino Unido

0,4 %

República de China

1,6 %

Venezuela

0,4 %

Italia

1,6 %

Otros

6,1 %

Otros

13,3 %

Fuente: INEGI, 2005














La era tecnócrata no ha estado exenta de sobresaltos. Tras el relevo presidencial de 1994, México se vio sumergido en una nueva crisis, derivada de lo que el ex-presidente Salinas de Gortari llamó el error de diciembre. La economía no se recuperó sino hasta tres años después. A partir de ahí, el crecimiento ha promediado 4.85% anual, y el incremento medio en el sexenio de Vicente Fox, que concluyo el 30 de Noviembre de 2006. La economía mexicana en 2006 creció por encima del 4.5 por ciento, la cifra más alta en los seis años de mandato del ex presidente Vicente Fox, logrado gracias a la estabilidad económica, los altos precios del petróleo y el dinamismo de las exportaciones y de la demanda interna.

Los resultados macroeconómicos se fortalecieron, con bajas tasas de interés y de inflación, que se situó entre el 3.5 y 4 por ciento de promedio. Un factor favorable para México fue la denominada bonanza petrolera, por los altos precios del crudo, que llegaron hasta los 70 dólares por barril y que, según los expertos, superará la barrera de los 100 dólares por barril.

No obstante, diversos analistas censuran que el Gobierno haya desaprovechado los ingresos extraordinarios por venta de petróleo y que éstos se usaran sólo para equilibrar el gasto público, en detrimento de la inversión. La empresa estatal Pemex prevé para este año ingresos totales por unos 100 mil millones de dólares, por sus ventas en los mercados interior y exterior, lo que beneficiará al fisco en unos 70 mil millones de dólares.

Así mismo, la entrada de remesas provenientes de los mexicanos en el exterior en 2006 superó los 20 mil millones de dólares, cifra superior a la del año pasado y que supera la inversión extranjera directa y a los ingresos por turismo.

Los analistas calculan que el crecimiento del PIB alcanzará en 2008 el 4.54 por ciento, dato que supera los incrementos alcanzados durante todo el presente año.

La creación de empleos también registró en 2006 resultados positivos, con cerca de 900 mil puestos de trabajo nuevos, cifra que aunque no cubre la demanda actual, es superior a la de los años anteriores, cuando apenas se creaban medio millón de puestos de trabajo.

De las 44.4 millones de personas que integran la Población Económicamente Activa, unos 18 millones tienen un empleo precario o trabajan en la economía sumergida. La cifra de desempleados se sitúa en casi 2 millones de personas.

Además, 2006 cerró con un déficit por cuenta corriente de unos 2,600 millones de dólares, y un déficit comercial de unos 5,700 millones de dólares.

Según el Banco de México, la deuda externa, a mediados de 2007 es de 122,938 millones de dólares; 6285 mdd más alta que la reportada en diciembre de 2006 (ver indicadores económicos y financieros de la Asociación de Bancos de México).

La macroeconomía mexicana tiene fortalezas y debilidades, y en 2006 logró mantenerse a flote, gracias a ingresos extraordinarios procedentes del petróleo y de las remesas. Sin embargo, los analistas apuntan que las debilidades de estas bases pueden generar mayores conflictos, en particular por las enormes desigualdades que existen en las distintas regiones y entre los grupos sociales.

Indicadores de la economía mexicana

Conforme a datos del Banco Mundial, en 2005 México tuvo el ingreso nacional bruto per cápita más alto de Latinoamérica, así como también el Ingreso Nacional Bruto más elevado en términos nominales de esta región ese año, consolidándose como un país de ingreso medio-alto. En tanto, el FMI reportó que en 2006 tuvo el segundo PIB per cápita en términos nominales después de Chile y el quinto por paridad de poder adquisitivo a nivel latinoamericano.

Además, la economía mexicana, en términos del Producto Interior Bruto, fue en 2006 la decimocuarta más grande del mundo en valores nominales y la duodécima en paridad por poder adquisitivo. Se conforma así como el segundo mayor PIB nominal de América Latina, sólo superado por el de Brasil.

Sin embargo, la distribución de la riqueza del país no es equitativa y la división entre ricos y pobres es muy grande. Aun así el país tuvo una increíble recuperación de la última crisis financiera desatada en 1994-1995. México es el décimo mayor exportador del mundo y recientemente se le ha nombrado como "Economía Emergente" como se les denomina a las economías cuyo crecimiento ha sido sostenido en los últimos años.

La actividad económica del país depende en gran medida de su comercio con los Estados Unidos de América, los cuales consumen más del 85% de las exportaciones mexicanas y dan trabajo a casi el 10% de su población. El envío de remesas por parte de los migrantes internacionales constituye la segunda fuente de ingresos más importante del país después del petróleo.

Desde mediados de la década de los ochenta el país se ha inclinado por un modelo económico neoliberal con un fuerte énfasis en la apertura comercial hacia otros mercados, lo cual ha convertido al país en el líder mundial en acuerdos de libre comercio habiendo firmado convenios de este tipo con 40 países en 12 diferentes Tratados. Su asociación comercial principal es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T.L.C.A.N. o NAFTA, por su sigla en inglés), integrado son Estados Unidos, Canadá. México también cuenta con un tratado de libre comercio con la Unión Europea, con el bloque denominado EFTA (Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein y Noruega) y recientemente se selló un compromiso similar con Japón.

Petróleo

La industria petrolera en México está controlada en su totalidad (exploración, refinación, comercialización y exportación) por la empresa estatal Pemex (Petróleos Mexicanos), que es la tercera empresa productora de petróleo en el mundo, la sexta en ventas, y es la empresa más grande de América Latina.

Turismo

Debido a su geografía, historia, gastronomía y clima, México es una de las potencias mundiales en el ramo del turismo, esta situado en la 6ta. posición de los países con más turismo en el mundo.Algunos de los destinos turísticos más importantes de México son: Cancún, Puerto Vallarta, Acapulco, Ciudad de México, Guadalajara, Puebla, Veracruz, Querétaro y Zacatecas.



Demografía

Durante todo el siglo XIX, la población de México apenas se había duplicado. Esta tendencia continuó durante las primeras dos décadas del siglo XX, e incluso, en el censo de 1920 se registra una pérdida de cerca de 2 millones de habitantes. El fenómeno puede explicarse porque durante el decenio de 1910 a 1920 tuvo lugar la Revolución mexicana.

La tasa de crecimiento se incrementó drásticamente entre los decenios de 1930 a 1980, cuando el país llegó a registrar índices de crecimiento mayores a 3% (1950-1980). La población mexicana se duplicaba en veinte años, y a ese ritmo se espera que para el año 2000 haya 120 millones de mexicanos. Ante esta situación, el gobierno federal creó el Consejo Nacional de Población (CONAPO), con la misión de establecer políticas de control de la natalidad y realizar investigaciones sobre la población del país. Las medidas resultaron exitosas, y la tasa de crecimiento descendió hasta 1.6 en el período de 1995 a 2000. La esperanza de vida pasó de 36 años en 1895 a 72 años en el año 2000.

También cambió la cara de los mexicanos. A principios del siglo XX cerca del 90% de la población vivía en localidades rurales (pueblos, rancherías, caseríos). El censo de 1960 arrojó datos en los que la población urbana era por primera vez mayor que la rural (50.6% del total). El número de personas que radicaba en su estado natal en 1895 constituía el 96.6% de la población total del país. En el censo de 1920 sumaban poco más del 90%. Treinta años más tarde constituían el 80% y en la actualidad poco más de 18% de los mexicanos radican fuera del estado en que nacieron. Ambas tendencias pueden explicarse por el proceso de industrialización de las ciudades grandes y medianas, así como por la depauperación gradual del campo, ocasionada por la recesión de las actividades agropecuarias.

Las entidades federativas que concentran la mayor población son México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco y Puebla. En cambio, las menos pobladas son Baja California Sur, Campeche y Quintana Roo. Este último estado es uno de los que presenta una tasa de crecimiento poblacional más alta en el país, debido a la industria turística de Cancún, que concentra el 50% de la población quintanarroense.

Por otra parte, la población hablante de lenguas indígenas (único criterio contemplado en la metodología de INEGI para contabilizar a la población indígena del país) cayó de 17% en 1895 a apenas 7% en 2000. Sin embargo, en números absolutos hubo un incremento, pues pasó de poco más de un millón a siete en el censo de 2000. Son las comunidades indígenas las que expulsan una mayor población. La emigración indígena, hasta 1980, tuvo como destinos principales las ciudades medianas y grandes cercanas a las regiones de origen. A partir de la década de los noventa, la migración indígena cobró un rostro internacional, y hoy se dirige principalmente a Estados Unidos.

Estados Unidos es el país donde viven más mexicanos después de México, muchos de los mexicanos en ese país son de origen indígena y otros orígenes debido a que encuentran mejores oportunidades que en zonas rurales de México. Se dice que Los Ángeles, la más grande ciudad de California, es también la segunda ciudad mexicana por su tamaño, pues la cantidad de migrantes y descendientes de mexicanos rebasa con mucho los 4 millones de habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara. La presencia mexicana en el vecino del norte comienza con la anexión de la mitad norte del territorio del país en 1847. Algunos de los mexicanos que quedaron al otro lado de la frontera regresaron a México, pero otros se quedaron allá (esto ocurrió principalmente en Nuevo México), y conservaron su idioma y costumbres. A ellos se les sumó una buena cantidad de braceros, que se fueron a radicar a Estados Unidos, algunos temporalmente, mediante un acuerdo laboral entre los gobiernos de Washington y México. Las últimas crisis económicas en México han favorecido la emigración hacia el norte, y se calcula que a principios del siglo XXI, cerca de 38 millones de mexicanos o descendientes de mexicanos habitan en los Estados Unidos. La mayor parte de ellos se concentra en California, Texas y Nuevo México. Otras comunidades importantes de mexicanos en el extranjero son las de España, Canadá, Alemania, Reino Unido y Francia.

Lenguas nacionales

La Ley General de los Derechos Lingüísticos concede el estatuto de lenguas nacionales al español y a las lenguas indígenas nativas del territorio, así como a aquellas de otros pueblos indoamericanos que se hayan establecido en el territorio nacional. El español -como la abrumadora mayoría de los mexicanos llaman a su propio idioma, independientemente de cómo se denomine en otros países- es la lengua dominante en asuntos oficiales, aunque no existe una declaratoria legal expresa que lo haga lengua oficial del país. Este idioma es hablado por casi todos los mexicanos, si bien con las características de pronunciación y vocabulario que le son propios.

Un 7% de la población habla una lengua indígena. El gobierno reconoce oficialmente 65 lenguas indígenas (agrupando los dialectos similares que para otros lingüistas deberían ser considerados como lenguas diferentes). Entre las lenguas indígenas, las que cuentan con el mayor número de hablantes son el náhuatl y el maya yucateco; juntas, suman más de 2 millones de personas. El caso opuesto es el del maya lacandón, cuyo número de hablantes no llega a los 100. El gobierno federal promueve y ya ha establecido sistemas de educación bilingüe en las comunidades indígenas y rurales, y un porcentaje considerable de la población indígena es bilingüe.

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